viernes, 11 de mayo de 2012

Capítulo 11: Despertar (Si es que alguna...).


En el capítulo anterior...
<<Pero mientras miraba su reloj aquello dejó de preocuparle, Hermione llevaba cuatro horas en el baño y no se escuchaba nada, nadie tardaba tanto en darse un baño, nadie a menos qué... A menos que esté muerto.>>

Capítulo 11: Despertar.

-Aguamenti- dijo el Prefecto a la puerta.
-Ocupado.
-Aguamenti- repitió nuevamente.
-Muchacho, está ocupado- contestó Boris el Desconcertado.
-Y yo vuelvo a decirte aguamenti- dijo ya perdiendo la paciencia- ¿¡No te has dado cuenta que el baño lleva cuatro horas ocupado!? Abre de una maldita vez: Aguamenti.
Esta vez la puerta se abrió dejando ante su vista el cómodo y reconfortante baño de prefectos, pero no se dedicó a observar los detalles o a maravillarse con el lugar como solía hacer; no. Sólo corrió hasta un bulto apenas perceptible tras el vaho del baño, el cual como él imaginaba era Hermione, estaba tirada en el suelo, envuelta en una toalla y con un charco de sangre junto a ella.
La ansiedad era algo que él poca veces había experimentado, pero cuando vio la sangre oscureciendo el cabello de la joven y dejando extraños dibujos en la piel mojada de esta no pudo más que dejarse llevar por los nervios, estaba blanca y sus ojos permanecían cerrados, su tacto era frío como el hielo... ¿Respiraría? Esperaba que sí, no quería cargar con la culpa de otra muerte, no, la de ella no.

Cuando Hermione abrió los ojos todo estaba borroso y tenía mucho frío, apenas podía notar su cuerpo y mucho menos moverse o hablar, aunque si pudo emitir algún que otro gruñido extraño e impropio de ella. Le dolía a horrores la cabeza, como si alguien en posesión de un martillo estuviera jugando con ella... Pero lo que más la desconcertaba era sentir algo extremadamente cálido junto a ella, tan caliente que hacía arder su piel y con un olor... le recordaba a la lluvia.
Abrió los ojos nuevamente y entonces supo que a su lado no había un brasero, si no el mismísimo Draco Malfoy, que la miraba como si por primera vez la viera y tras unos segundos de mantenerle la mirada, suspiró tan fuerte que hasta Hermione le oyó por muy entumecida que estuviera.
-Veo que la afición de Potter de estar al borde de la muerte a menudo se te ha pegado...- se burló el ahora rubio-. Menos de un mes y dos veces que casi mueres... Y dos veces que te salvo.-Reflexionó en voz alta.
-Nadie te ha pedido tu ayuda, Malfoy- habló la castaña por primera vez, con voz carrasposa y grave.
-Veo que ese golpe no afecto a tu carácter, aunque espero sinceramente que te duela la cabeza lo suficiente.
Hermione se ahorró la réplica y comenzó a intentar hilar los acontecimientos, desde su acalorada discusión con Tina, sus avergonzate número y su huida al baño de prefectos. Recordaba el comenzar a llenar la bañera y a desvestirse, cubrirse con la toalla e ir a entrar en la bañera... Y entonces todos los recuerdos quedan a cero. Y ahora estaba en su habitación, estaba segura, en su cama y con Malfoy al lado. Eso era lo peor, Malfoy al lado... Bueno, había algo peor, no quería que se fuera llevándose su olor y su agradable calidez. Llegó a la conclusión de que el golpe le había afectado mucho más de lo recomendable cuando se abandonó al sueño en los brazos de su enemigo. Le dio igual, solo acalló a su consciencia con un simple <Sólo una noche> y esto fue en parte porque ni una solo parte de ella quería alejarse de aquel lugar y momento.

-¡Dios! ¡Oh, Dios!
Draco cerró con fuerza los ojos y alzó la sábana para cubrirse el rostro con ella y evitar que la claridad del día molestara sus ojos, pero lo peor era esa incordiante y dulce voz que parloteaba a un tono que debería ser considerado delito a esas horas, por eso tomó la almohada para cubrir sus oídos, pero no puedo porque sus manos se enredaron y perdieron en algo suave y mullido, de un marcado olor entre hierbabuena y papel viejo y polvoriento, una combinación agradable que lo adormeció algo más...
-¡Despierta! ¡Despierta Draco!
Draco no hizo alusión a su nombre, solo se removió molesto y gruño un indescifrable <¡Déjame mamá!> para proseguir con su tarea, dormir.
-¡¡Despierta, Hurón!!
Draco dio un brinco y cayó directo de la cama al suelo, entonces abrió desmesuradamente los ojos y observó que la causante de tal alboroto mañanero no era su puntual, cariñosa y hermosa madre, Narcissa Malfoy, si no Hermione Granger, la sangre sucia, que lo miraba despeinada, con la cara sonrosada, los ojos cansados y abiertos de puro horror, que lo miraba desde la cama.
-¿Se puede saber qué coño haces?
-¡Nos hemos quedado dormidos! ¡Hemos perdido las cinco primeras clases! ¡El desayuno, la comida! ¡McGonagall me matará!- y mientras gritaba todo aquello se levantó de la cama y comenzó a rebuscar en su armario y su maleta.
-Tranquila, hable con McGonagall anoche...-dijo Draco algo molesto por semejante despertar obviamente injustificado, aunque ella pareció no escucharlo.
-¡Somos prefectos y nos hemos quedado dormidos! ¡Juntos! ¡Ron y Harry se mueren si se enteran! ¡Me castigarán! ¡Me destituirán! O peor... ¡Me expulsarán y...!- Pero no pudo proseguir con sus lamentos ya que Draco Malfoy la tenía tomada por los hombros y la zarandeaba de forma violenta y demandante.
-¡Cállate de una vez! ¡McGonagall ya sabe lo de anoche!- gritó perdiendo la paciencia-. ¡Respira y déjame dormir!- Y tras estas sabias palabras volvió a meterse en la cama y quedó dormido casi de inmediato, casi si no fuera porque la rabia lo consumía por dentro. Odiaba que lo despertaran de mala manera.

En el próximo capítulo...
<<Hermione no sabía de qué preocuparse más, si de escuchar voces en su cabeza, si que estas defendieran a Malfoy o peor aún, que tuvieran razón.>>

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