domingo, 20 de mayo de 2012

Capítulo 20: Enemigo (Si es que alguna...).


En el capítulo anterior…
<<Y con una mirada retadora cargada de odio y repulsión tomó sin delicadeza la botella de whisky para dar un gran y largo sorbo, dejando la botella casi vacía y con el poco orgullo que le quedaba y desprendiendo ira por todos sus poros subió hasta su dormitorio y se arrojó a su cama .>>

Capítulo 20: Enemigo.

La mañana del domingo había amanecido despejada, algo ya casi poco habitual en el clima de Hogwarts, dónde poco a poco el invierno se iba haciendo notar y con él la lluvia, el frío y la humedad. Aunque aquel clima despejado y soleado, con el canto de pájaros y saltos del calamar gigante hizo que la cabeza de Hermione tuviera ganas de explotar debido a la resaca de muerte que tenía, mientras bajaba vio como su abuelo hablaba afablemente con Draco Malfoy y no supo que la molestó más, si el hecho de que ninguno mostrara los efectos de las copas de la noche anterior o por el contrario ese sentimiento de entendimiento mutuo que esos dos compartían. Se le revolvió el estómago.
-Buenos días, petarda- la saludó afablemente su abuelo para posteriormente, besar su frente como sólo él podía.
-Buenos días-. Y al decir lo mismo al mismo tiempo Draco y Hermione se dedicaron sendas miradas de odio.
Su abuelo Michael se limitó a sonreír ante la situación, para luego acompañar a ambos jóvenes, uno inmerso con él en una interesante conversación y la otra pensativa y que les dedicaba unas miradas de odio, rabia y desconcierto bastante significativas. Porque para Michael Bantz, su nieta era un libro abierto y en él podía leer que entre ella y aquel joven tan parecido a él con su edad, había ocurrido más de lo que ellos querían admitirse a si mismos, aunque bueno, si ellos tomaban esa actitud él simplemente se animaría a darles un empujoncito, porque como se convenció, eso es lo que hacen los buenos abuelos… Y con esas llegó al gran comedor, el cual aún no había visto y quedó pasmado ante el techo, el cual reflejaba un cielo azul despejado, de un color intenso y vibrante, incluso si cerraba los ojos podría imaginar la brisa en la cara o el canto de las aves… Aquello era maravilloso, aunque no le agradó cuando su compañero de whisky, el joven Draco se encaminó a otra mesa, fingiendo que ni si quiera existía y mirando con asco a su nieta, aunque como entendió al verlo llegar junto a lo que su nieta llamó séquito comprendió dicha actitud, porque él mismo, a sus diecisiete años, había sido como él o incluso peor.
-Buenos días Hermione, Michael- saludó Ginny de forma amable y con esa sonrisa suya, que podría derretir hasta un glaciar.
-Buenos días Ginny- respondió la castaña aún fulminando con la mirada a la mesa de enfrente, donde el rey de las serpientes y sus cortesanas reales se regodeaban en su fingida perfección… Aunque el príncipe de las serpientes ahora fuera un moreno de ojos azules arrebatador, tanto como su otra apariencia.
-Hola Ginevra- dijo cortésmente su abuelo.
-¿Qué piensan hacer hoy?- dijo ella tras un grato silencio.
-Pues sinceramente, no había pensado nada…
-Si le parece bien a tu abuelo, esta tarde tras la comida es la selección de jugadores de Slytherin y ahora la de Gryffindor, sería divertido…
Pero Hermione ya no estaba escuchando, solo asentía cada cierto tiempo y miraba cortésmente a su amiga y a su abuelo, porque sus pensamientos no estaban puesto en las normas de quiddicth o el número de jugadores, su pensamientos estaban en la mesa de enfrente, en un moreno que no apartaba su mirada de la suya.

-Ha sido increíble.
-Me ha encantado verlo-, dijo Michael dando la razón a Harry.
Y era cierto, su abuelo había disfrutado como un niño viendo a sus compañeros volar, hacer piruetas, esquivar pelotas agresivas… Todo había sido nuevo e impresionante para el señor Bantz, el cual salió antes de la comida para ir a la sala de prefecto, donde minutos antes se internaba un ahora rubio… Aquello hizo que Hermione tardara menos de un minuto en salir tras él, de forma disimulada…
Los pasillos eran eternos y el retraso que provocaban las malditas escaleras insoportable, haciendo que la joven Gryffindor se lamentara de la prohibición de escobas en los pasillos, aunque mejor pensado y con el miedo que le daban, era mejor así como estaba.
-Buenas tardes, Draco- saludó finalmente Michael una vez dentro de la sala.
-Buenas tardes, Michael… ¿Qué tal con los Gryffindor?- y en su voz Hermione notó la superioridad que tanto le repateaba el hígado.
-Un completo aburrimiento- sentenció al fin el hombre tras sentarse junto al rubio a tomar un whisky.
-Lo suponía.
Los minutos pasaron lentos mientras ambos intercambiaban un silencio el cual transmitía más que las simples palabras, mientras las mirabas de entendimiento se cruzaron y a Hermione se le pusieron los pelos como escarpias… Porque era espeluznante pensar que la persona que más quería y con la que tantos momentos había compartido era exactamente, una copia más mayor de su peor enemigo.
-Deberías ir- sentenció el anciano sacando a Hermione de sus pensamientos, preguntándose si se había perdido algo.
-No creo que deba…- Y por primera vez, Hermione sintió algo realmente nuevo en la voz de Malfoy, duda.
-Ahora no tienes excusa, nadie sabrá que eres tú, puedes ser y hacer lo que siempre quisiste… No desperdicies la oportunidad, Draco; corre, ve y vístete, estaré en el campo de quiddicth con Hermione en menos de media hora…- Y Hermione solo pudo ver como su enemigo asentía para luego desaparecer por las escaleras de los dormitorios-. Querida-, siguió su abuelo sobresaltándola-, te has mal acostumbrado a oír conversaciones privadas y lo peor es que eres muy obvia.
Ella no dijo nada y simplemente salió de detrás de la columna junto al retrato que era la puerta, aún sin entender muy bien como era que su abuelo siempre la pillaba espiando… ¿Es que le tenía un chip localizador puesto? Seguramente era algo mucho más lógico y evidente, pero eso no hizo que en su rostro no se dibujara un mohín de enojo.
-Vayámonos cielo-, dijo tomándola del brazo-, tenemos un gran cazador al que animar…
Y sin más Hermione comprendió esa silenciosa charla, porque Draco Malfoy, su enemigo declarado y el incuestionable hijo de papá iba a hacer por primera vez algo por propio deseo… Y aquello muy en el fondo le pareció algo digno de admirar.

En el próximo capítulo…
<<Aquello parecía más un partido decisivo en la copa de quidditch que una elección de nuevos jugadores.>>

2 comentarios:

  1. me alegra que llegara ese nuevo personaje, creo que va a animar un poco las cosas, jeje, concuerdo con él en eso de darles un empujoncito :D espero que lo haga pronto jejeje

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    1. Gracias, aunque igual de pronto vino se irá, aunque no serán las últimas noticias que tengamos de Michael Bantz... Y obviamente el seguirá empujando desde la sombra jajaja

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