domingo, 20 de mayo de 2012

Capítulo 17: Desaire (Si es que alguna...).


En el capítulo anterior...
<<Hermione fue capaz de olvidar algo puede que más importante, una cita con su novio Ron.>>

Capítulo 17: Desaire.

-¡Hermione!
-Hola Ginny- respondió una agotada castaña-, ¿Qué tal todo?
-Pues estaría muy bien si Ron no estuviera en un estado depresivo-pasivo porque su novia Hermione le ha dado calabazas.
El cerebro de Hermione procesó esas palabras a máxima velocidad, buscando el error, el fallo, pero no lo había, era jueves y había prometido ver a Ron en la sala común después de su ronda para ayudarle con sus deberes, pero ella no se había presentado, no había ido y era porque simple y llanamente no se había acordado en ningún momento de la cita, es más, si lo pensaba con detenimiento, no se había acordado de Ron en todo el día... Pero eso solo hizo que su paso acelerado hacía la sala común de su casa se convirtiera en una carrera, no porque por llegar unos escasos segundos antes algo fuera ha arreglarse, si no porque quería huir de ese pensamiento, quería huir del hecho de que desde hacía días apenas pensaba en la persona que más quería. Nuevamente aceleró el ritmo, aquello era demasiado horrible como para tan si quiera pensarlo, no podía pensar en que Ron ya no significaba lo mismo para ella, no podía entender qué le ocurría, que estaba mal con ella, porque algo muy malo y terrible estaba ocurriéndole si había olvidado al amor de su vida, su primer amor... El chico al que amó con locura en silencio durante años...
Pero la carrera tuvo que detenerse cuando llegó ante el retrato de la dama gorda, la cual la saludó tras mucho tiempo sin verla... Extrañaba la casa de Gryffindor más que nada en este mundo.
-¡Seamus! ¿Has visto a Ron?-su voz sonó desmedida, cansada y angustiada, un fiel reflejo de lo que era ella.
-Hola Hermione, está en su dormitorio con Harry porque...
Pero Hermione no le dejó terminar, porque antes de que terminara la palabra “dormitorio” ella ya había emprendido la carrera hacía los dormitorios, aunque una vez que llegó a la puerta solo pudo quedarse en silencio mirándola fijamente, como si el pedazo de madera con bisagras pudiese darle todas las respuestas que ansiaba... Aunque ante el conocimiento de que esto no era posible solo pudo tomar aire con fuerza y abrir la puerta.
-¡Déjame en paz Ginny! ¡Largo!- gritó Ron sin tan siquiera mirar la puerta.
-No soy Ginny...
La simple voz de Hermione hizo dar un bote al pelirrojo que se hallaba enterrado entre los cojines de su cama, junto a su amigo Harry que la miraba buscando una explicación con sus inquisidores ojos verdes... Ojalá tuviera una.
-Lo siento Ron...
-¿Por qué no viniste?- preguntó con la mirada triste.
-Estaba muy cansada del ensayo...- <¿Escusa o verdad? Escusa>- y encima me tocó ronda...-<hasta ahí verdad>-, y tenía que hacer una redacción de...-<Piensa, piensa, piensa...>- defensa contra las artes oscuras y como estaba tan concentrada pensando en eso no me acordé... ¡Ya me conoces! Yo y los estudios...
-Ah bueno-, musitó le pelirrojo con un brillo en la mirada-, imaginé que sería algo así.
Y por cruel que fuera una vocecilla dentro de Hermione gritaba <¡Bien! ¡Se lo ha creído!>

El viernes pasó en un suspiro y todo seguía igual, Hermione estaba hasta arriba de deberes, clases, rondas y por supuesto ensayos, los cuales iban mejorando, porque cómo imaginó Gabriel, el tango era para ellos. Mientras Tina seguía durmiendo con Alex, dejando a Hermione con un indeseable compañero, el cual pasaba la mitad de las noches fuera, por lo que no era problema. Pero lo que llenaba el pensamiento de Hermione no era su rutina, era su desentendimiento de Ron y la visita de su abuelo, la cual la impidió dormir durante la noche del viernes, haciendo que cuando su abuelo la divisara en la estación de Hogsmeade pensara que su nieta tenía una aspecto horrible.
-¡Petarda!- le dijo cariñoso al abrazarla-. Mucho trabajo ¿No?
-¡Oh! Abuelo, tú si que me conoces...
Nieta y abuelo se abrazaron fuertemente, hacía meses que no se veían y ciertamente, se habían extrañado.
-Hagrid-, dijo al fin Hermione-, este es mi abuelo Michael Bantz; abuelo, este es Rubeus Hagrid, un buen amigo y profesor.
-Encantado, Hagrid- estrechó la gran mano del semi-gigante con una sonrisa.
-Es un placer conocerle señor Bantz.
-Por favor, no me llame señor Bantz, llámeme Michael...
Hermione ignoró brevemente la disputa de Hagrid y su abuelo sobre si era correcto llamarle señor o no, cosa que aunque a su abuelo ignoraba, era lo más lógico... ¿Cómo debe llamarse a un hombre de noventa y dos años? Señor, aunque claro, eso es siempre que no eres Michael Bantz.
-Deberíamos comenzar el viaje Hermione, Michael, pronto anochecerá.

La prefecta de Gryffindor estaba emocionada, después de meses veía a su abuelo, al cual aunque no lo dijera, extrañaba con locura... Porque él, con sus consejos y su vitalidad era lo que siempre necesitaba ella cuando se encontraba en un pozo, porque su abuelo siempre tenía una forma de ayudarla y estaba deseando hablar con él, pero lo primero eran las presentaciones.
-Ron, Harry, Ginny, este es mi abuelo, Michael Bantz.
-Encantado de conocerle señor Bantz- dijo Harry mientras estrechaba su mano.
-Igualmente Harry, Hermione me ha hablado mucho de ti- dijo para poder apartar la conversación con el joven-, y si no me equivoco tú debes ser la alocada amiga de la que tanto habla Hermione, Ginevra.
-Es un placer señor Bantz- respondió Ginny con su mejor sonrisa.
-El placer es mío, aunque os rogaría que no me llamarais señor, sé que soy un anciano, ya se encarga esta- dijo señalando a Hermione- de recordármelo, pero aún así insisto en que me llaméis Michael.
Y sin más el señor Bantz, o Michael como insistía en ser llamado avanzó por el vestíbulo, ignorando por completo al pelirrojo que miraba con duda a su novia, la cual tras una sacudida de cabeza abandonó a sus amigos y corrió tras su abuelo, el cual para su edad tenía un ritmo envidiable.
-¡Abuelo! ¿Por qué has ignorado a Ron?
-¡No me gusta! ¡Te hará daño!- dijo para luego darse la vuelta y mirar a su nieta-. Lo quiero a veinte metros de ti- y su voz autoritaria daba poco lugar a discusión.
-Por supuesto, enseguida- Ironizó la joven-. Acabas de llegar y ya tienes ganas de discutir... ¡Eres único!

En el próximo capítulo...
<<Hermione envidiaba y a la vez detestaba, porque sabía que bajo esa capa de amabilidad y buenas palabras siempre había un deje de falsedad.>>

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2 comentarios:

  1. jajaja, el abue de Hermione me cae super bien,
    no le agradó Ron, eso es nuevo!!!
    leeré la conti :D

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    1. Gracias, como ya dije es un homenaje a mi abuelo que le adoro jajajaja Y bueno,Michael es un hombre viejo que ha vivido mucho y sabe lo que quiere para su nieta y desde luego, ya lo dicen: más sabe el diablo por viejo que por diablo jajaja

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