domingo, 20 de mayo de 2012

Capítulo 18: Similitud (Si es que alguna...).


En el capítulo anterior...
<<-Por supuesto, enseguida- Ironizó la joven-. Acabas de llegar y ya tienes ganas de discutir... ¡Eres único!>>

Capítulo 18: Similitud.

-Es un placer conocerlo señor Bantz.
-Igualmente, señorita McGonagall y me encantaría que me diera permiso para tutearnos...
Hermione estaba en su nube ignorando a su abuelo con su aire encantador y cautivador que hablaba con la directora Minerva McGonagall, porque él era así, un gran conversador y con unos exquisitos modales, los cuales afloraban en su día a día ganándose siempre desde el primer momento la mejor impresión de los demás... Algo que Hermione envidiaba y a la vez detestaba, porque sabía que bajo esa capa de amabilidad y buenas palabras siempre había un deje de falsedad, su abuelo mismo se lo había reconocido en alguna ocasión, pero como él decía, es mejor mil falsos amigos que un verdadero enemigo.
Puede que tuviera razón, porque Hermione solo tenía tres amigos y el resto del mundo eran conocidos o en este caso “falsos amigos” que simplemente la ignoraban, mientras que su único enemigo, Draco Malfoy, disfrutaba humillándola y dejándola emocionalmente destrozada. Incluso la había estrangulado... Sí, su abuelo tenía razón, mejor falsos amigos que enemigos, pero a ella le faltaba una cosa que a Michael Bantz le sobraba, la capacidad de separar sentimientos y pensar en frío. Su abuelo podía diferenciar con facilidad quien era amigo y quien no, diferenciar entre quién te era útil o inútil, entre quien merecía confianza o sin embargo, una patada en el culo y eso era algo que ella, a sus dieciocho años aún no había aprendido y puede, jamás aprendiera.
-Como le decía Michael, su nieta es la alumna de la que más orgullosa me he sentido como jefa de casa de Gryffindor, inteligente, trabajadora, decidida y con una gran curiosidad.
-Bueno, se parece a su abuela... Aunque las malas lenguas dicen que el carácter y su aveces alocada cabeza las heredó de mí- rió su abuelo agradeciendo los cumplidos que ella recibía con la mirada baja y sus mejillas rojas.
Era cierto que eso lo había heredado de su abuelo, tenía un genio complicado, sus amigos lo habían tenido que afrontar a lo largo de esos siete años y ni que decir de Malfoy, el cual tuvo que recibir una advertencia de lo que se llama una mujer con carácter. Y bueno... Si con alocada cabeza se refería ha hacer cualquier cosa por la gente que amas sin importar tu seguridad se declaraba culpable de los cargos, aunque ella no lo viera como una locura, sabía que para su abuelo era así, seguramente Draco Malfoy compartiría la opinión de su abuelo, pero había una diferencia, su abuelo aunque lo consideraba una locura era capaz de ello por amor, Draco Malfoy era incapaz porque ni si quiera conocía la palabra amor, tampoco amistad, cariño o aprecio.
Aunque ahora que pensaba... ¿Por qué llevaba días pensando en dicho pedazo de hielo? No lo sabía, pero comenzaba a creer que sus pesadillas nocturnas llenas de gente llamándola sangre sucia la estaban afectando más de lo que creía y era cierto, había comenzado a morderse nuevamente las uñas y también había seguido fumando, apenas dormía ni comía. Aquella noche no fue la excepción y cuando su abuelo y ella se retiraron a la sala común de prefectos su plato de carne con puré de guisantes seguía completamente intacto.

La noche ya estaba avanzada cuando Hermione volvió a despertarse otra noche más ahogada por las pesadillas, algo cansada y con frío decidió salir a su sala común para poder acurrucarse en el fuego, con ese pensamiento bajó la escalera de piedra para quedarse paralizada en el último escalón, porque ahí, en la sala, se hallaban Draco Malfoy y Michael Bantz tomando lo que parecía ser whisky y hablando de forma trivial, o eso le apareció hasta que prestó atención a sus palabras:
-Así que tu eres el malnacido que lleva siete años insultando a mi nieta...
-Así es- respondió solemne Draco.
-Y por lo que veo eres tú al que le partió la nariz de un buen puñetazo...- Malfoy asintió apretando la mandíbula-. He de decir que le enseñé ese verano con la intención de que te dejara K.O. Un par de días... La próxima vez le diré que dé más fuerte.
Hermione temió por su abuelo en secreto con el corazón en un puño mientras observaba como su abuelo bebía un trago de su whisky y Draco Malfoy solo sonreía de esa manera tan superior.
-La verdad muchacho es que me sorprende, ella te golpea y tú, todo ego y orgullo simplemente huyes como un cobarde-. Hermione contuvo el aliento, porque si su abuelo quería que Malfoy perdiera los estribos lo estaba logrando.
Pero la reacción de Malfoy la dejó totalmente paralizada, porque el rubio no golpeó nada, tampoco gritó o insultó a su abuelo, solo rió, rió de verdad, sin esa superioridad, aunque con algo de amargura, para luego tomar un trago de whisky, dejando a Hermione anonadada con semejante comportamiento.
-Meterme con su nieta era un pasatiempo, una forma de joder a sus amigos...
-¿Y una forma de disimular?-dijo sonriendo Michael.
Draco no contestó, solo miró fijamente a los ojos de aquel hombre, unos ojos muy similares a los suyos, de un color gris intenso.
-Yo era como tú, en el fondo sigo siéndolo... Y el único puñetazo que jamás he devuelto fue a la abuela de Hermione, con la cual fui el tío más cerdo del mundo, porque la amaba y me sentía débil... Y lo pagaba con ella por creerla responsable.
Es posible que si la pared no hubiese estado junto a su espalda ella hubiese caído al suelo, las rodillas le temblaban y por ende apenas podía sostenerse, respiraba de forma entre cortada temiendo ser descubierta escuchando a escondidas, porque ella conocía la historia de sus abuelos y ahora, al oír aquellos recuerdos y mirar los ojos de Draco se dio cuenta de las similitudes...
-No tengo nada que decir al respecto- fue lo único que contestó Malfoy decidido.
-Yo si tengo que decir; te prefiero a ti mil veces antes que el pobretón de Wesky.
-Weasley, Michael, se apellida Weasley... Y si ahora es pobretón, imagine antes de ganar de guerra. Daba lástima-.Y Draco sonrió satisfecho de que no solo él pensara eso.
-Pues eso, lo quiero lejos de Hermione... a kilómetros de ser posible. ¡Pero es tan cabezota!
-Coincido con usted, no he conocido a nadie con semejante carácter en mi vida... ¡Y a mi me llaman malcriado! Como se nota que a su nieta nunca le han negado nada ¿Me equivoco?
-Mea culpa.
-Se nota que adora a Hermione.
Y la aludida se deslizó hasta el suelo muda y asombrada. Si bien sabía que su abuelo era algo elitista y frívolo jamás imaginó que haría semejantes migas con su enemigo Draco Malfoy, aunque ahora, visto desde su escondite, eran muy similares.
Las poses altaneras eran copias la una de la otra, barbilla en alto, leve sonrisa, hombros y espalda erguidos, derrochando seguridad por cada poro. Mirada helada, con un cierto brillo de malicia en los ojos de un gris maravilloso, unos levemente más oscuros que los otros.
Sí, su abuelo era un Draco Malfoy y jamás se había dado cuenta hasta el momento... ¿O sí? Aunque nuevamente la conversación la sacó de sus pensamientos.
-Sólo decirte algo antes de que mi nieta, la que escucha en la escalera se nos una, si vuelves a hacerle daño, te prometo que no habrá varita mágica que te defienda de lo que te pienso hacer... Desearás no haber nacido, Draco Malfoy-. Y la joven no supo que temer más, si haber sido descubierta o por el contrario el tono frío, seguro y cortante que envolvió la amenaza de su abuelo-. Hermione, ven, no es de buena educación escuchar conversaciones ajenas y mucho menos hacerse la loca cuando te pillan.
La castaña tomó aire y salió ante las miradas divertidas de ambos hombres.
-Yo no estaba escuchando, acabo de despertarme...- mintió.
-No mientas, cuando acabas de despertarte ni si quiera eres capaz de hilar dos palabras seguidas...- dijo su abuelo poniendo los ojos en blanco, de una forma demasiado familiar-. No puedes mentirme, petarda.
Y por una vez en su vida la prefecta deseo coserle la boca a su abuelo por mencionar su apodo cariñoso en presencia de él, Draco Malfoy.
-¿Petarda?- preguntó para después beber un poco más de su copa y sonreír.
-No te importa, hurón.

En el próximo capítulo...
<<-Bebes como un ruso, querida- dijo su abuelo observando el vaso vacío de Hermione.
-Bebo así para ver si pierdo el conocimiento y dejo de escuchar como revelas mis secretos a este hurón saltarín.>>

2 comentarios:

  1. me encanto!!!!! adoro al abue de Hermione!!!
    jajaja un super capi!!!!! tu historia esta buenísima :D

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